Qué cambia al reconocer tus modos emocionales
Cuando puedes decir “estoy en Proteger” o “estoy en Conectar”, se abre un espacio nuevo de elección.
Lo que solemos pensar
Mucha gente cree que “ser consciente” significa que todo cambiará de golpe. Y como eso no pasa, se frustran:
- “Sé lo que me pasa, pero sigo reaccionando.”
- “Ya entendí, pero nada mejora.”
La conciencia no borra los modos. Lo que hace es crear espacio para responder distinto.
Lo que en realidad pasa
Cuando aprendes a reconocer en qué modo estás:
- Dejas de juzgarte como incoherente o roto.
- Ganas lenguaje para explicarte a ti mismo y a otros.
- Empiezas a tener pausas pequeñas donde antes solo había reacción automática.
- Puedes leer a los demás también como “en Proteger” o “en Conectar”, en vez de ponerles etiquetas fijas.
Ejemplos concretos
- Antes: te culpas porque “siempre grito en discusiones”.
- Ahora: dices: “Hoy me quedé atrapado en Proteger-lucha.” Esa frase abre espacio para reparar sin hundirte en vergüenza.
- Antes: piensas que tu pareja es fría.
- Ahora: ves que está en Proteger-congelación, y sabes que no es su identidad, sino un estado. Eso cambia cómo te acercas.
Lo importante
Reconocer los modos no es un fin, es una llave:
- Te permite poner límites sin atacar.
- Te permite reparar sin hundirte en vergüenza.
- Te permite entender que el otro no es tu enemigo, sino alguien en estado defensivo.
Mini-ejercicio (2–3 minutos)
- Piensa en una situación reciente de tensión.
- Pregúntate: ¿Qué modo estaba activo en mí? ¿Proteger o Conectar? ¿Qué submodo?
- Escríbelo en una frase amable:
- “Ayer estuve en Proteger-huida.”
- Nota: ¿Cómo se siente mirarlo como un estado en lugar de como un defecto tuyo?
Idea clave para llevarte
Nombrar el modo abre un espacio de libertad.
No borra la emoción, pero te permite verla sin convertirla en tu identidad. Y desde ese espacio, poco a poco, aparecen nuevas respuestas.