Las emociones no son un extra: están detrás de todas tus decisiones
Aunque no las notes, las emociones influyen en qué comes, con quién hablas, cómo trabajas y qué eliges evitar.
Lo que solemos pensar
Mucha gente cree que las emociones son algo secundario:
- “Primero pienso, después siento.”
- “Las emociones son irracionales, mejor no hacerles caso.”
Esta idea nos desconecta de lo más básico: las emociones siempre están ahí, influyendo en lo que hacemos.
Lo que en realidad pasa
Tu sistema nervioso evalúa el mundo todo el tiempo. Y las emociones son la manera en que tu cuerpo:
- Decide si un lugar es seguro o no.
- Elige si acercarse o alejarse.
- Da energía para actuar o frena cuando algo parece riesgoso.
Pensar y sentir no son opuestos: son dos caras del mismo proceso.
Cómo se ve en lo cotidiano
- Comer: eliges comida reconfortante si estás ansioso, o te abres a probar algo nuevo si estás en calma.
- Trabajar: la motivación surge cuando hay curiosidad (Conectar), y se bloquea cuando hay miedo (Proteger).
- Relaciones: decides llamar a alguien si te sientes seguro; evitas hablar si temes crítica o rechazo.
- Descanso: logras dormir cuando tu cuerpo siente calma; si tu mente está en alerta, el sueño no llega.
Lo importante
Las emociones no son “ruido”. Son el motor que está bajo cada elección.
Cuando tu brújula está descalibrada —por miedo, vergüenza o tensión acumulada— las decisiones dejan de salir de tu verdadera necesidad y se vuelven automáticas.
Ejemplo cotidiano
Un amigo no responde tu mensaje:
- Si tu cuerpo está en Conectar, piensas: “Quizás está ocupado, ya contestará.”
- Si tu cuerpo está en Proteger, piensas: “Seguro está enfadado conmigo.”
El mismo hecho → dos modos → dos decisiones (volver a escribir o retirarte).
Mini-ejercicio (2–3 minutos)
- Piensa en una decisión reciente: ¿qué comer, a quién llamar, qué contestar.
- Pregúntate: ¿Qué emoción estaba guiando esa elección?
- Nómbrala con amabilidad: “En ese momento decidí desde [miedo / calma / culpa / curiosidad].”
- Nota: ¿cómo habría sido la decisión si hubieras estado en el otro modo?
Idea clave para llevarte
Tus emociones son tu brújula, no un obstáculo.
Reconocer desde qué modo decides cada día es el primer paso para recuperar elecciones que reflejen quién eres de verdad.