No eres tu modo: eres alguien que se mueve entre modos
Lo que sientes hoy no es tu identidad. Es un estado del sistema nervioso.
Lo que solemos pensar
Muchos adultos cargan frases como:
- “Yo soy agresivo.”
- “Yo soy débil.”
- “Yo soy ansioso / apático / frío.”
Muchos adultos cargan frases como:
- “Yo soy agresivo.”
- “Yo soy débil.”
- “Yo soy ansioso / apático / frío.”
Al escucharlas una y otra vez, creemos que son verdades sobre quiénes somos.
Lo que en realidad pasa
No son rasgos fijos. Son estados temporales del cuerpo y la mente.
- El modo Proteger puede hacerte parecer duro, desconfiado o evasivo.
- El modo Conectar puede mostrarte abierto, creativo, tierno.
Ninguno de los dos es toda tu identidad.
Por qué creemos que somos “así”
Si en la infancia pasaste demasiado tiempo en Proteger, es normal que lo confundas con tu carácter. Aprendiste que estar en defensa era lo seguro. Pero eso no significa que no tengas la capacidad de conectar: significa que tu brújula se quedó atascada.
Lo importante
Tu identidad no se define por un estado.
- Puedes estar en Proteger sin ser una “persona difícil”.
- Puedes estar en Conectar sin necesidad de “ser perfecto”.
Eres más que un estado: eres alguien que se mueve entre ellos.
Ejemplo cotidiano
- Ayer discutiste y te cerraste en seco. Hoy, con la misma persona, pudiste escuchar y hasta reírte.
Eso no fue una contradicción. Fue el cambio de modo.
Mini-ejercicio (2–3 minutos)
- Piensa en una frase que sueles decirte con dureza (“Soy… [x]”).
- Escríbela tal cual.
- Ahora cámbiala por:
- “A veces estoy en Proteger y me comporto así.”
- “Eso no es todo lo que soy.”
- Lee la nueva frase en voz baja. Nota cómo cambia la sensación en tu cuerpo.
Idea clave para llevarte
No estás roto.
Eres alguien que aprendió a sobrevivir en Proteger y que también tiene la capacidad de Conectar. No eres “así para siempre”: eres movimiento.